Lyle y Erik Menéndez, en prisión por asesinar a sus padres en 1989, conquistaron una victoria legal este martes en Los Angeles cuando la justicia estadounidense alivió los términos de su sentencia, lo que les abrió la posibilidad a pedir libertad condicional.
Los hermanos fueron condenados por el parricidio que estremeció a Estados Unidos a prisión perpetua sin derecho a libertad condicional.
Pero tras una cruzada legal que ganó apogeo gracias al apoyo de la opinión pública, este martes el juez Michael Jesic alteró esta sentencia a una de 50 años a toda la vida, lo que permitiría introducir un pedido de libertad condicional ante una junta.
Durante la emocional audiencia, los hermanos se dirigieron a la corte a través de una videollamada desde la prisión en San Diego, en donde están recl