La Administración de Donald Trump lleva meses encontrando en la justicia su principal obstáculo a la hora de implementar su agenda, y con los inmigrantes la situación se está tornando especialmente complicada. Esta semana, un juez ha intentado detener, de nuevo, los esfuerzos de Estados Unidos para trasladar a terceros países a los deportados que no aceptan sus naciones de origen, pero ya era demasiado tarde. En concreto, el martes se conoció que Estados Unidos ha enviado un avión de deportados de diferentes países asiáticos y centroamericanos, como Vietnam, Burma, Laos, Birmania, Pakistán, Tailandia, México y Cuba, a Sudán del Sur, un lugar al que el propio EEUU recomienda no viajar.
Los abogados de los deportados denuncian que algunos de sus clientes apenas saben hablar inglés, y cr