La administración del expresidente Donald Trump ha solicitado a la Corte Suprema de EE.UU. apoyo para implementar una controvertida política migratoria que permitiría deportar a personas a países que no son ni su lugar de origen ni donde poseen estatus legal. Entre los destinos señalados se encuentra Sudán del Sur, una nación con un historial de conflicto armado y denuncias de violaciones a los derechos humanos.

Esta estrategia, promovida desde el retorno de Trump al poder, permitiría al Departamento de Seguridad Nacional ejecutar deportaciones sin previo aviso y sin ofrecer a los migrantes la oportunidad de demostrar un temor creíble de persecución, tortura o incluso muerte en el país de destino.

El debate legal tomó fuerza después de que un intento de traslado a Sudán del Sur se frenar

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