WELLINGTON, Nueva Zelanda — El haka, una danza de desafío acompañada de cánticos, es sagrada para el pueblo maorí de Nueva Zelanda, pero se ha convertido en una institución cultural querida entre los neozelandeses de todas las razas. Las actuaciones que ponen la piel de gallina en eventos deportivos, funerales y graduaciones a menudo se vuelven virales en línea, siendo un motivo de orgullo no partidista para el país en el extranjero.
Sin embargo, un haka realizado en protesta en el Parlamento de Nueva Zelanda por tres legisladores el pasado noviembre ha provocado una feroz división entre los legisladores sobre si fue un acto de disidencia pacífica o distruptivo e incluso intimidante para sus oponentes.
Se suspendió inesperadamente una votación para aprobar inhabilitaciones sin preceden