Washington D.C. - A partir de esta semana, el Senado estadounidense comenzará a ordenar el gigantesco proyecto republicano de reconciliación fiscal, en momentos en que varios miembros de la mayoría advierten que propondrán cambios importantes en la legislación.

Aunque tienen diferentes exigencias, hay suficientes senadores determinados a proponer enmiendas a la legislación –unos preocupados por los recortes en Medicaid y otros por entender que la tijera se queda corta– como para prever que la mayoría republicana del Senado pondrá su propio acento a la medida.

El proyecto puede aprobarse en el Senado por encima de la regla de filibusterismo, que exige 60 votos para llevar una medida a votación final. Pero los republicanos, con una mayoría de 53 a 47 y el voto del vicepresidente

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