TAMPA — Hace un año, dos jóvenes compraron lo que creían que eran pastillas de Percocet a un traficante de drogas. Ambos sufrieron una sobredosis. Uno de ellos, Devin Ramos, de 17 años, murió.
Su muerte se atribuyó a los efectos del fentanilo, el potente opioide sintético que en la última década ha llegado a rivalizar con el alcohol como la sustancia más letal del país. Los investigadores de la oficina del alguacil de Hillsborough descubrieron que la persona que le vendió las drogas también tenía 17 años —demasiado joven para ser acusado de asesinato según las leyes estatales.
La historia de Devin fue la que compartió el alguacil del condado de Hillsborough, Chad Chronister, en una conferencia de prensa el miércoles por la mañana, en la que destacó un cambio reciente en la ley que busca