Por EMMA BURROWS

Los objetivos eran aviones de guerra rusos —incluidos bombarderos estratégicos y aeronaves de mando y control— valorados en cientos de millones de dólares. Las armas eran drones ucranianos, cada uno con un costo menor de 1.000 dólares y lanzados desde contenedores de madera transportados en camiones.

La “Operación Telaraña”, que Ucrania informó que destruyó o dañó más de 40 aeronaves estacionadas en bases aéreas de toda Rusia el domingo, no fue sólo un duro golpe al prestigio del Kremlin, sino también una llamada de atención para que Occidente refuerce sus sistemas de defensa aérea contra este tipo de guerra híbrida con drones, dijeron expertos militares.

Ucrania aprovechó la tecnología de drones de bajo costo que ha avanzado rápidamente en la última década y la combinó

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