La prácticamente nula acción y el silencio ensordecedor de políticos demócratas desde que Donald Trump asumió a la presidencia de México ha permitido que el destino de los inmigrantes se esté definiendo por el racismo rampante, la intensidad y crueldad de una administración republicana que está cumpliendo su objetivo de deportaciones masivas.
“[Los políticos] No están atados de manos. Pueden denunciar públicamente lo que está sucediendo a través de las redes sociales y hasta convocar a protestas masivas, pero nadie lo ha hecho hasta ahora”, dijo el catedrático Miguel Tinker Salas.
“Recordemos que [a los republicanos] no les importa arrestar gente como daño colateral”, añadió. “Pero ya vimos que la gente ha respondido en San Diego; salieron a defender tanto a los trabajadores como a los