La relación entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y el empresario Elon Musk parece haber llegado a su fin. Analistas advierten que este distanciamiento no solo deja en una posición vulnerable a la fuerza política republicana, sino que también pone en riesgo contratos gubernamentales multimillonarios que resultan estratégicos para a ambas partes.
Musk, quien encabezó el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos (DOGE) durante cuatro meses, criticó con dureza la reforma fiscal impulsada por Trump, calificándola como “una abominación repugnante”. Trump respondió que la oposición del magnate al proyecto legislativo estaba relacionada con la eliminación de créditos fiscales para vehículos eléctricos, de los que se beneficia directamente Tesla.
“Elon estaba ‘agot