Análisis de Matt Egan, CNN

La decisión de Elon Musk de apostar todo por Donald Trump nunca tuvo mucho sentido. Su ruptura radical con Trump es aún más difícil de entender.

Como aliado cercano de Trump, las acciones de Musk inevitablemente afectaron a Tesla, la pieza más importante de su imperio empresarial y fabricante de uno de los productos más visibles y costosos que los estadounidenses pueden comprar: los vehículos eléctricos.

Primero, Musk alejó a los clientes principales de Tesla, demócratas de las costas, al invertir dinero y usar su influencia para ayudar a Trump a regresar a la Casa Blanca. Luego, arremetió contra la fuerza laboral federal.

Trump confirmó que su relación se ha deteriorado, con Musk criticando repetidamente el amplio proyecto de ley presupuestal del presidente

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