
Durante más de una década, Malú caminó junto a Sol Pineda , su asistente personal y mano derecha en el complejo mundo de la industria musical. Sin embargo, la artista ha sorprendido al poner punto final a esta estrecha relación laboral de manera tajante y repentina. La noticia ha causado un fuerte impacto entre sus seguidores y dentro del sector, especialmente por la forma en que se ha producido la ruptura y el silencio de la cantante sobre una persona que, hasta hace poco, formaba parte esencial de su día a día.
Lo ocurrido trasciende el simple cambio de representante o una reestructuración de equipo. El distanciamiento con Pineda ha coincidido con un giro importante en la carrera de Malú , que ahora se encuentra vinculada a una de las agencias de representación más potentes del mercado internacional. En paralelo, sus declaraciones de despedida tras el final de gira han sido interpretadas como una alusión indirecta al conflicto, provocando una ola de comentarios entre sus fans y medios especializados.
El mensaje de Malú: «Hemos peleado»
Su gira A todo sí ha terminado y Malú ha compartido en sus redes sociales un mensaje que, si bien se enfocaba en agradecer al público y a su equipo, dejaba traslucir emociones encontradas. «Hemos peleado hasta el último minuto… No siempre se gana, pero esta vez sí. ¡Gracias por tanto! ». Con estas palabras, la cantante cerraba una etapa que ha sido especialmente exigente, tanto en lo personal como en lo profesional.
El concierto de clausura, celebrado en Buenos Aires , fue una ocasión para celebrar sus 25 años en la música. No obstante, la ausencia de cualquier referencia a Sol Pineda en sus palabras llamó la atención de muchos. Por tratarse de una figura tan vinculada a su carrera y con la que ha compartido innumerables momentos de tensión y éxito, el silencio fue tan sonoro como cualquier mención.
Una relación que parecía eterna
Sol Pineda llevaba desde 2012 al lado de Malú , trabajando codo con codo en la organización de giras, lanzamientos, promociones y logística general de su carrera artística. Su perfil era discreto, pero quienes conocían el entorno de la artista sabían que Pineda era una pieza clave en la estructura profesional de la cantante. Había pasado por grandes compañías del sector como EMI y Movistar antes de incorporarse al equipo de Malú a través de RLM, una de las agencias de representación más importantes del país.
La relación entre ambas parecía sólida, e incluso Malú llegó a dedicarle palabras de afecto en público, describiéndola como una persona valiente y generosa. Sin embargo, algo se fracturó recientemente. La cantante, en un movimiento estratégico, firmó con GTS , la división de talento de Universal Music . Esta nueva etapa marcaba un antes y un después en su carrera, pero también dejaba fuera a Sol, quien se enteró de la noticia por terceros y reaccionó con una mezcla de sorpresa y preocupación por su futuro profesional.
Al parecer, Pineda intentó negociar su continuidad en el nuevo entorno empresarial . No logró encontrar una posición que le resultase adecuada y, sintiéndose desplazada, acudió a un abogado. Aquello fue interpretado por Malú como una traición o un quiebre de confianza, y lejos de reconducir la situación, decidió terminar la relación de forma abrupta. Desde entonces, no ha habido vuelta atrás.
La nueva hoja de ruta de Malú
La salida de Pineda de la vida profesional de Malú se ha producido en un contexto de grandes movimientos en la industria. GTS, la nueva agencia que representará a la artista, forma parte de Universal Music y recientemente adquirió RLM, la firma dirigida por Rosa Lagarrigue que había gestionado durante años las carreras de nombres como Alejandro Sanz , Raphael o Miguel Bosé .
Malú ha decidido alinearse con el nuevo gigante y firmar un contrato con GTS. En este nuevo organigrama, el papel de Sol Pineda parecía desdibujarse . Ella misma habría intentado encajar en la nueva estructura, pero tras no recibir una oferta satisfactoria, optó por recurrir a la vía legal. Fue el punto de no retorno.
La reacción de Malú fue inmediata y definitiva . Fuentes cercanas aseguran que el despido fue frío, sin margen para reconciliación ni conversación. La relación, que había superado momentos tan duros como lesiones, cancelaciones de giras y rumores personales, quedó cortada de raíz.
En el pasado, fue Pineda quien comunicó públicamente la cancelación de varios conciertos cuando Malú sufrió una lesión en 2017 y también quien gestionó con discreción cuestiones delicadas , como la posible incorporación de Albert Rivera, entonces pareja de la cantante, a su equipo de trabajo. La lealtad de más de una década parece haberse evaporado con una frialdad que muchos consideran sorprendente. Algunos sectores del entorno musical califican la reacción de la cantante como desproporcionada y apuntan a que la presión de su nuevo entorno podría haber influido.