
PARÍS (AP) — Arrancar mal en las finales de Grand Slam no son nada nuevo para Carlos Alcaraz, y cada vez que ha sucedido, ha ganado el torneo de todos modos.
Pero no de una manera tan dramática como en la final del Abierto de Francia el domingo, cuando el español se recuperó de dos sets en contra y salvó tres puntos de partido para vencer 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3), 7-6 (10-2) al número uno mundial Jannik Sinner y conquistar su quinto título de Grand Slam en igual número de finales.
Fue el segundo título consecutivo en Roland Garros para Alcaraz con una remontada, después de ir perdiendo 2-1 en sets contra Alexander Zverev en la final del año pasado, y un tercer título de Grand Slam viniendo de atrás, tras su victoria en cinco sets contra Novak Djokovic en la final de Wimbledon 2023.
“Cuando las situaciones están en tu contra, entonces tienes que seguir luchando. Es una final de Grand Slam, no es momento de estar cansado, no es momento de rendirse”, dijo Alcaraz. ”¿Disfruto eso? Los verdaderos campeones se forjan en esas situaciones”.
Al producir una de las mayores remontadas en la historia del torneo sobre tierra batida este domingo, el español emuló la hazaña de Djokovic en la final de 2021 en Roland Garros, cuando el ahora ganador de 24 grandes se recuperó de dos sets en contra para vencer a Stefanos Tsitsipas.
“Hoy todo se trató de la confianza en mí mismo”, afirmó Alcaraz.
Se convirtió en el noveno jugador en remontar dos sets en contra y ganar una final de Grand Slam en la era abierta, que comenzó en 1968. El primero fue Bjorn Borg en 1974 contra Manuel Orantes en el Abierto de Francia, donde Ivan Lendl y Andre Agassi lograron la misma hazaña. Rafael Nadal también lo hizo, en el Abierto de Australia, y Sinner también.
Fue la primera vez que Sinner perdió una final de Grand Slam, pero la quinta vez consecutiva que ha perdido contra Alcaraz, quien aseguró el vigésimo título de su carrera a la edad de 22 años.
“Estoy simplemente orgulloso. Estoy realmente, realmente feliz”, dijo Alcaraz antes de elogiar a Sinner en la ceremonia de premiación. “Serás campeón varias veces. Es un privilegio compartir torneos contigo y hacer historia contigo en este torneo y en los otros”.
Fue la final del Abierto de Francia más larga de la era abierta, con una duración de 5 horas y 29 minutos. Fue tan reñida que Sinner ganó 193 puntos, Alcaraz 192.
Después de 3 horas y 43 minutos, Sinner dispuso de su primer punto de campeonato. Pero con poco más de cinco horas desde que comenzó el partido, Alcaraz sirvió para el título con un 5-4 a su favor.
El drama aún no había terminado.
Sinner reaccionó notablemente al devolver un ‘drop shot’ de Alcaraz. Al límite de su alcance, Sinner deslizó la pelota sobre la red, aterrizando sutilmente y fuera del alcance de Alcaraz, para poner el marcador en 15-40.
Cuando Sinner ganó el juego para igualar 5-5, fue su turno de recibir los aplausos y estuvo a dos puntos de la victoria en el 12do, con Alcaraz al servicio y un 15-30.
Pero Alcaraz ejecutó un asombroso revés cruzado para igualar 6-6 y forzar el 'super tiebreak', con el público enloqueciendo cuando la devolución cruzado de Alcaraz puso el marcador 4-0.
Sinner ya no pudo hacer nada y Alcaraz ganó el partido con un soberbio derechazo por la línea y luego de desplomó de espaldas para celebrar. Luego corrió a bailar y abrazar a los miembros de su equipo en su palco.
“Estoy muy feliz por ti, y te lo mereces, así que felicidades”, le dijo Sinner, de 23 años a Alcaraz. “Es un trofeo increíble, así que no dormiré muy bien esta noche, pero está bien.”
“He dejado todo lo que tenía”, agregó. "Me gustaría recoger el trofeo, pero este año no podrá ser.... nos volveremos a ver el año que viene”.
Sinner puede que no duerma en absoluto si piensa en el noveno juego del cuarto set, que se convirtió en una pesadilla.
Al saque para mantenerse en el partido con 5-3 en contra, Alcaraz estaba 0-40 para darle a Sinner tres puntos de campeonato.
Sinner puede lamentar particularmente el segundo punto de partido cuando, con Alcaraz en segundo servicio, impactó un revés apresurado que aterrizó justo fuera. Luego golpeó una derecha a la red para otro error no forzado, llevando el marcador a deuce.
La multitud coreó “Carlos, Carlos,” con deleite y rugió cuando Alcaraz clavó un ace, luego le dio una ovación de pie cuando su audaz derecha por la línea entró —para ganar ese juego— y nuevamente cuando rompió el servicio de Sinner para empatar 5-5.
A pesar de haber perdido una oportunidad de ganar otro grande, Sinner mostró gran deportividad al darle a Alcaraz el punto para una ventaja de 30-0 en el 11m juego.
La derecha de Alcaraz aterrizó en el fondo de la cancha y, mientras la jueza de silla se preparaba para bajar e inspeccionar la marca, Sinner le dijo que regresara porque vio que la pelota estaba dentro.
La multitud lo aplaudió por eso, pero claramente estaba apoyando a Alcaraz y el nivel de ruido estalló cuando Alcaraz ganó el desempate del cuarto set para empatar el duelo.
Para entonces, los fanáticos tenían lo que querían —una remontada de Alcaraz— y mostraron su deleite desenfrenado cuando ganó puntos con asombrosas dejadas en corto desde el fondo o saltó para golpear derechas cruzadas con asombroso poder y precisión.
Alcaraz acumuló 70 golpes ganadores, en comparación con los 53 de Sinner, quien podría haber sentido que era un caso de déjà vu.
Hace un año, en las semifinales de Roland Garros, Alcaraz venció a Sinner remontando un 2-1 en sets. Venció a Sinner el mes pasado en la final del Abierto de Italia — el torneo donde Sinner regresó de su suspensión por dopaje.
Quizás Alcaraz era incluso el favorito considerando que tiene el mejor récord en tierra batida este año — que ahora es 22-1 — y que Sinner nunca había jugado en la final de Roland Garros antes.
En un día cálido con una ligera brisa acariciando la cancha Philippe Chatrier, grandes nombres se presentaron.
Dustin Hoffman y Natalie Portman, el director de cine Spike Lee, el cantante Pharrell Williams, el piloto de Fórmula 1 George Russell y la estrella mundial de rugby Antoine Dupont vieron lo que prometía ser un duelo reñido, quizás un clásico entre los dos mejores jugadores del mundo.
Sinner, número uno del ranking, parecía embalado hacia la victoria, pero Alcaraz, el segundo del mundo, luchó. Después de asegurar el tercer set con una volea en la red, se paró en el centro de la cancha, agitando el puño en celebración.
Una de las mayores finales en la historia del Abierto de Francia apenas estaba comenzando.
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El escritor de deportes de AP Samuel Petrequin contribuyó con este despacho.
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