Colombia volvió a estremecerse ayer sábado con un hecho que remite a los capítulos más oscuros de su historia reciente. El atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido en Bogotá durante un acto de campaña, no solo puso en riesgo la vida de una figura clave del uribismo, sino que también reabrió el debate sobre el retorno -o la persistencia- de la violencia política en el país.

El ataque ocurrió en el barrio Modelia, al oeste de Bogotá. Uribe Turbay participaba en un mitin político cuando recibió dos disparos. Según la Fiscalía, el presunto autor fue un menor de 15 años, detenido en el lugar con una pistola Glock 9 mm. El senador fue trasladado primero a la Clínica Medicentro y luego a la Fundación Santa Fe, donde fue sometido a una cirugía de a

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