Por TARA COPP y CHRIS MEGERIAN

WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump realmente quiere viajar a bordo de un nuevo avión presidencial, pero que logre su objetivo podría depender de su disposición a hacer concesiones en materia de seguridad.

Mientras los abogados del gobierno resuelven las cuestiones legales para poder aceptar un jet de lujo de parte de la familia real de Qatar, también se desarrolla otro debate crucial sobre las adaptaciones que necesitaría la aeronave para que sea lo suficientemente segura para transportar al presidente de Estados Unidos.

Instalar las capacidades equivalentes a las que cuenta el actual 747 —que ya tiene varias décadas de antigüedad— prácticamente condenaría el proyecto a un destino similar al de la iniciativa de reemplazo de Boeing, la cual ha est

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