Por CHARLOTTE GRAHAM-McLAY
WELLINGTON, Nueva Zelanda (AP) — La mayoría de los dueños de gatos temen que sus mascotas traigan a casa ratones o pájaros. Pero para los dueños de un felino delincuente en Auckland, Nueva Zelanda, hay una vergüenza peor: ser el cómplice involuntario de una imparable ola de crímenes de un solo gato.
Su prolífico robo de ropa de tendederos y dormitorios en el tranquilo vecindario costero de Mairangi Bay ha convertido a Leo, de 15 meses de edad, en una celebridad local y le ha ganado un nuevo apodo. Ahora se le conoce como Leonardo da Pinchy.
Y tiene gustos caros. Sus frecuentes botines incluyen calzoncillos de seda, gruesos calcetines de trabajo para hombres —preferiblemente con las pinzas de ropa aún puestas— y, en un episodio mortificante para sus humanos, un