ALBERTO LÓPEZ

25 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El otro día me fui al súper con mi hija y yo le iba señalando productos: —Llévate estos huevos, que son gallegos y conozco a la dueña. —Estas latas de atún, también gallegas, el dueño es amigo.

— El aceite, este que es de una familia de Ourense.

—Ese pollo, el galleguiño, y la ternera, tiene que ser rubia gallega.

—Este jamón que es de Lugo.

—El vino, este del Rosal, ¿te acuerdas? Fuimos a visitar la bodega. —Y, por supuesto, la leche… de la nuestra.

Mi hija me miraba entre divertida y asombrada de la cantidad de alimentos que vienen de Galicia. Las dos compartimos el gusto por la buena comida, pero cuando además conoces las historias que hay detrás de los productos, comprar se convierte en un acto de compromiso. Nuestra G

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