Santa Ana y San Joaquín eran, según la tradición cristiana los abuelos de Jesús. La Velá vive hoy su día grande. La noche ha sido más luminosa que ninguna otra del verano y la torre de la parroquia con el nombre de la abuela santa ha brillado con un espectáculo de luces y música. Esa misma tarde, unos abuelos explicaban a sus nietos de 3, 5 y 9 años, qué era la cucaña. Ellos miraban fijamente el dedo de Carmen intentando adivinar el paño al final del palo engrasado por el que algunos muchachos –y otros no tan jóvenes–intentaban trepar. Esas historias de las abuelas que hablan de cucañas, moñas de jazmines, avellanas verdes, una Velá que se repite y que cada año se renueva.
La noche del viernes se notó en la calle Betis. La bulla se repartía por las casetas, la plaza del Altozano y el Puen