Más allá de las recomendaciones sobre alimentación, ejercicio o descanso, la conmemoración el 24 de julio del Día Internacional del Autocuidado invita a repensar el autocuidado como un enfoque amplio que atraviesa el bienestar físico, emocional, mental, social y espiritual.
“La Organización Mundial de la Salud ha señalado que la salud no se limita a la ausencia de enfermedad, sino que implica un estado de completo bienestar. Desde esta perspectiva, el autocuidado se define como la capacidad de cada persona para tomar decisiones y adoptar hábitos que contribuyan a preservar, mejorar o recuperar su salud. Es un proceso activo y permanente que no solo requiere del compromiso individual, sino que también se nutre del entorno, las redes de apoyo y el acceso a información y servicios adecuados”