Desde niño, el actor chileno‑estadounidense Pedro Pascal estuvo rodeado de arte y sensibilidad, gracias especialmente a su madre, Verónica Pascal Ureta , psicóloga infantil y gran impulsora de su vocación. Sin embargo, su vida cambió para siempre en el año 2000, cuando Verónica se quitó la vida.

Pedro tenía apenas 24 años y aún luchaba por abrirse camino en la actuación, viviendo en Nueva York y alternando pequeños roles con trabajos temporales. El impacto fue devastador: ese duelo quedó grabado como un antes y un después en su biografía, personal y profesional.

Hoy, Pascal pasa uno de sus mejores momentos de su vida, en medio del estreno de Los 4 fantásticos, donde trabaja en medio de una polémica con Vanessa Kirby, y la última temporada de The Last of Us, la serie de HBO.

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