MIAMI.- Transcurrían los años 1940 en la ciudad de Nueva York cuando la socialité Florence Foster Jenkis se empeñaba en la idea de cantar. Aunque su registro vocal no alcanzaba las notas y su falta de noción al respecto la convirtió en el hazmerreír del público, la soprano aficionada no desistió de su sueño y logró llenar el icónico Carnegie Hall a los 76 años. Falleció poco después de ese “triunfo” y de llegar a ser la sensación del momento.
Ahora Martí Productions trae a escena la historia de Foster Jenkis con la pieza Gloriosa, que se estrena el 15 de agosto en el Teatro Trail .
Nacida en una familia adinerada de Pensilvania, se mudó a Nueva York en 1902 tras heredar la fortuna de su padre, quien se negó a invertir en su futuro artístico. Para ese entonces ya se habría separa