En los campos del Valle Central de California, la cosecha comienza antes de que amanezca, pero desde hace semanas el silencio entre surcos es más espeso que de costumbre. La política migratoria impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través de sus ya famosas redadas ha vuelto a activar el miedo entre los jornaleros migrantes indocumentados, que ven cómo una jornada de trabajo puede terminar entre rejas.

Entre ellos se encuentra Alejandra, que se levanta todos los días en la madrugada para salir a labrar la tierra y enfrentar un día marcado no solo por el desgaste físico, sino también por el pánico que se ha instalado en el estado norteamericano, el corazón agrícola de EEUU, donde ya ha perdido la vida un mexicano.

«La verdad que si no tuviera a mi hijo, a lo mejor

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