Hay refranes y expresiones que hemos oído y utilizado toda la vida, pero a veces no reparamos en lo mucho que tienen en común. Hoy reúno en este post tres que giran en torno a la impaciencia y el hecho de ir con prisas, ya que no siempre es buena compañera, y muchas veces lo urgente nos hace obtener peores resultados.

El primero es ‘Vísteme despacio, que tengo prisa’. Aunque suene contradictorio, nos advierte que, cuando uno va con prisas, conviene actuar con calma para evitar errores y cuanto más apurado estás, más atención necesitas poner en lo que haces. Aunque a menudo se atribuye a Napoleón, hay constancia de que ya se usaba mucho antes.

El segundo es ‘El que mucho corre, pronto para’, un dicho popular que funciona casi como una ley física: si te lanzas sin medida, te agotas antes.

See Full Page