Metetí (Panamá), 6 ago (EFE).- La reaparición en Panamá del gusano barrenador tras casi dos décadas desde que el país centroamericano se declaró libre de esta plaga, supuso que el sector ganadero, el más afectado por este insecto que ataca a los animales de sangre caliente, tuvo que reaprender “a golpes” cómo hacerle frente.

Y es que desde inicios del siglo XXI se había logrado contener esta plaga en la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, donde se levantó una barrera biológica para evitar que el gusano barrenador, endémico en Suramérica, avanzara hacia el norte.

Pero en 2022 comenzaron a registrarse nuevas infecciones por este insecto en Panamá, una cifra que ha ido aumentando hasta los cerca de 50.000 casos acumulados, según los últimos datos difundidos en jul

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