CIUDAD DE MÉXICO.- Los maniquíes que vemos en tiendas de ropa suelen compartir una característica curiosa: la mayoría no tienen ojos, boca ni expresiones faciales. Aunque puede parecer una decisión meramente estética, en realidad responde a razones prácticas y estratégicas. Este diseño busca que la atención del consumidor se concentre en la ropa y no en el rostro del maniquí.

Minimalismo con intención

Al eliminar detalles como ojos, nariz o labios, se evita que la expresión facial influya en la percepción del producto. Un rostro neutro permite que cualquier persona pueda imaginarse usando la prenda, sin importar género, etnia o edad. Además, la ausencia de rasgos específicos hace que los maniquíes funcionen en cualquier contexto cultural sin generar polémica ni estereotipos.

Otra ve

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