El cambio regulatorio del Gobierno que autoriza mover carne bovina con hueso desde el norte hacia el sur del país, ingresando en regiones que hasta ahora eran consideradas libres de fiebre aftosa sin vacunación, generó un foco de conflicto. Además de la reputación sanitaria que costó años conseguir, hay preocupación por lo que podría suceder con la Unión Europea, Gran Bretaña, Japón y otros grandes compradores.

Tras una flexibilización sanitaria del gobierno argentino, Chile suspendió la importación de carne y de cualquier producto de origen animal desde la Patagonia . La decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria ( SENASA ) puso en peligro un estatus de calidad sanitaria que costó años conseguir , además de comprometer un mercado de 50 millones de dólares

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