Tres meses después de imponerse en las elecciones catalanas del 12 de mayo de 2024, el 8 de agosto, ERC y los Comuns sumaban sus votos a los del PSC para investir a Salvador Illa como el 133 president de la Generalitat. Lo hacían tras un acuerdo que sellaron casi sobre la bocina, bajo la amenaza de la repetición electoral que sobrevolaba el Parlament. Y lo hacían además en un pleno marcado por el retorno y posterior fuga del expresidente Carles Puigdemont, que volvió a España pero no cumplió su promesa de participar en el plenario. En este escenario, los de Junts -que habían perdido por primera vez en años la mayoría independentista en el Parlament- buscaron sin éxito interrumpir el plenario sin poner una fecha para reactivarlo de nuevo, conscientes de que el reloj de la investidura había
La financiación singular, la ampliación de El Prat y la nueva Rodalies marcan un primer año del Govern de Illa sin presupuestos

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