Palo y zanahoria. Esta parece ser la estrategia que Estados Unidos está siguiendo con el gobierno de Nicolás Maduro.
Así, tras el inédito acuerdo con las autoridades chavistas que, hace unas semanas, permitió la liberación de 10 estadounidenses detenidos en el país suramericano, a cambio de la devolución de 252 migrantes venezolanos que fueron deportados a El Salvador y al que siguió el anuncio de un nuevo permiso para que la petrolera Chevron vuelva a extraer crudo venezolano, Washington ha elevado a US$50 millones la recompensa que ofrece por Maduro desde 2020.
“Es uno de los narcotraficantes más grandes del mundo y una amenaza a nuestra seguridad nacional”, justificó la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, al anunciar este jueves el “histórico” monto que recibirá aquella persona que a