La vida, en su aparente cotidianidad, es un ciclo continuo entre dar y recibir. Lo que para algunos es una rutina —una estufa encendida, un hervidor a un clic, una ducha caliente, un techo sin goteras— para otros representa un privilegio aún inalcanzable. Esta brecha no es un concepto abstracto: sigue siendo parte del paisaje real de muchas comunas del país. Según el Catastro Nacional de Campamentos 2024‑2025 de TECHO‑Chile, existen 1.428 campamentos activos en Chile, con más de 120.000 familias viviendo sin acceso formal y regular a servicios básicos como agua potable o electricidad.

Frente a este escenario, el voluntariado se posiciona como una forma concreta de acción y solidaridad. En lugares donde el baño está fuera de la casa, donde se seca la ropa junto a una estufa de leña y se gu

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