Uno de los aspectos más terribles de la Segunda Guerra Mundial fue el exterminio de más de seis millones de judíos, aunque la Alemania nazi no consiguió llegar a los once millones. Fue la culminación de siglos de sistemática persecución de un pueblo sometido a una de las mayores campañas de mentiras de la Historia. Tras el Holocausto, era necesario establecer un hogar para los supervivientes de los campos de exterminio y resolver el problema judío. La solución alcanzada por la ONU era razonable y justa al dividir el histórico territorio, donde había estado el reino de Israel, entre los judíos y los árabes. Durante más de un milenio habían sufrido conquistas, deportaciones y exterminios. El sueño de los que sufrieron la diáspora era regresar algún día a casa. Ben Gurion proclamó el nacimien
El problema es Hamás, no Israel

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