Tras casi dos semanas operativo, el servicio telefónico de atención a la soledad no deseada, impulsado por la Xunta con la colaboración de Cruz Roja, hace un balance positivo. Las personas involucradas en el proyecto, como señala a FARO DE VIGO Rebeca Vázquez Fente, parte del equipo técnico que desarrolló la iniciativa, celebran el buen recibimiento entre los usuarios, que, por ahora, son mayores de 50 años. En todo caso, reitera que el proyecto es transversal y está disponible para toda la ciudadanía ya que, recuerda, la soledad no deseada es una lacra que no discrimina por edades y afecta por igual a jóvenes y mayores.
La soledad, explica Vázquez, se convierte en un problema cuando hay aislamiento social y la persona deja de sentir conexión con su grupo de iguales. Además, conlleva