Miami.— El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha estado marcado por un patrón inquietante: represalias y amenazas, despidos de funcionarios técnicos o institucionales que no se alineen con las narrativas del trumpismo.

Un caso reciente es el de Erika McEntarfer , comisionada del Buró de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), despedida el 1 de agosto, horas después de publicar el informe de empleo de julio, que reveló una creación de empleos mucho más débil de la estimada y revisiones a la baja en meses anteriores.

El informe de julio no fue particularmente catastrófico; “mostró un crecimiento moderado, menor al esperado por los analistas; y con ciertos ajustes a la baja en los reportes de meses anteriores”, señaló a EL UNIVERSAL

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