Por: Jesús Gonzalo Martínez C.*

En el corazón de Rionegro, una ciudad que atesora sus tradiciones y personajes, el nombre de Guillermo González López, conocido cariñosamente como «Camarada», resuena como un símbolo de alegría, comunidad y vocación por la locución. Su vida, marcada por la pasión por el micrófono y el servicio a su gente, dejó una huella imborrable en la cultura local. Este es un homenaje a su legado, un recorrido por sus virtudes y su inigualable carácter.

Guillermo González López nació el 4 de octubre de 1940, en el seno de una familia humilde pero llena de valores. Hijo de don Luis Emilio González, un juez tinterillo de Ituango, y doña Ana López, una modista reconocida por su labor social, Guillermo heredó la sencillez y el amor por su tierra. Acompañado por sus hermana

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