
Jim Lovell , comandante del Apolo 13 y figura destacada de la exploración espacial estadounidense, falleció a los 97 años. La NASA recordó que, en 1970, lideró el r etorno seguro de la tripulación a la Tierra tras la explosión de un tanque de oxígeno que obligó a abortar el intento de alunizaje. El episodio, transmitido a millones de personas en todo el mundo, se convirtió en uno de los momentos más emblemáticos de la historia espacial.
Lovell también formó parte del Apolo 8, la primera misión tripulada que orbitó la Luna, siendo el primer hombre en viajar dos veces hacia ella, aunque nunca descendió a su superficie. El director interino de la NASA, Sean Duffy , afirmó que Lovell ayud ó a “forjar un camino histórico” para el programa espacial. Su familia destacó en un comunicado: «Extrañaremos su optimismo inquebrantable, su sentido del humor y cómo nos hacía sentir a cada uno de nosotros que podíamos lograr lo imposible. Era verdaderamente único ».
El actor Tom Hanks, que lo interpretó en la película Apolo 13 (1995) , lo describió como una de esas personas “que se atreven, que sueñan y que llevan a otros a lugares a los que nosotros no iríamos solos”, subrayando que sus viajes “no fueron hechos para obtener riqueza o fama, sino porque desafíos como esos son los que impulsan el curso de la vida”.
Nacido en 1928 en Cleveland, Ohio, Lovell mostró desde joven interés por la aviación y los cohetes. Tras ingresar en la Academia Naval de Annapolis, se especializó como piloto naval y redactó una tesis sobre motores de combustible líquido. En 1962 fue seleccionado por la NASA como parte de los “Nuevos Nueve”, junto a Neil Armstrong y John Young.
Su carrera espacial incluyó las misiones Gemini 7, Gemini 12, Apolo 8 y Apolo 13. En el Apolo 8, en 1968, participó en la histórica fotografía “Salida de la Tierra” y en una lectura del Génesis transmitida desde la órbita lunar en Nochebuena , en un contexto de guerra y tensiones sociales en Estados Unidos.
En abril de 1970, durante el Apolo 13, la explosión de un tanque provocó la célebre frase que Lovell repitió al Centro de Control: “Houston, hemos tenido un problema”. Con recursos limitados, la tripulación utilizó el módulo lunar para mantenerse con vida hasta el regreso a la Tierra . El amerizaje en el Pacífico fue seguido por millones de personas y considerado un fracaso técnico convertido en ejemplo de ingenio y trabajo en equipo.
Tras su retirada de la Marina en 1973, Lovell trabajó en el sector privado y ofreció conferencias. Coautor del libro Lost Moon: The Perilous Voyage of Apollo 13, participó en la adaptación cinematográfica de 1995 con un breve cameo, para el cual usó su uniforme original de capitán. “Me retiré como capitán y capitán seré”, afirmó.