CAMPECHE, CAMP. Desde el 29 de diciembre de 2024, cuando el techo de la parroquia de San Luis Obispo en Calkiní colapsó, el silencio en el templo se ha llenado con el sonido pausado pero constante del trabajo: una limpieza de escombros que avanza lenta pero segura.
Durante una entrevista, el Administrador Diocesano, el padre Marcos Rubén Cohuó Muñoz, reveló que los trabajos siguen en marcha y aunque el avance es gradual, el compromiso con la seguridad y la preservación del patrimonio es prioridad absoluta.
La limpieza ha enfrentado la dificultad añadida de las lluvias, que suavizan el polvo y hacen el trabajo más pesado, pero no han detenido a los obreros. “Desde que comenzaron, no han parado”, reconoció el presbítero.
TRABAJOS LLEVAN TIEMPO Y FÉ
El administrador diocesano enfatizó qu