Veinticuatro años después de los trágicos atentados del 11 de septiembre de 2001 , las autoridades forenses de Nueva York anunciaron la identificación de tres víctimas cuyos restos habían permanecido sin identificar desde aquel fatídico día. La clave para lograrlo fueron los avances en técnicas de análisis de ADN que permitieron leer el código genético incluso en fragmentos diminutos y muy deteriorados.
Los cuerpos corresponden a Ryan Fitzgerald, un comerciante de divisas de 26 años; Barbara Keating, una ejecutiva jubilada de 72 años vinculada a una organización sin fines de lucro; y una tercera mujer cuya identidad fue reservada por respeto a la privacidad de su familia.
Los restos fueron encontrados hace más de dos décadas entre los escombros de l World Trade Center tras