Teníamos que desandar los 358 Km que separan Oslo de Voss . Volvimos a recrearnos con aquella serpenteante carretera que atravesaba espesos bosques oscuros y verdes valles de pastos vivos y claros. Pasamos los cañones del Tocagel y volvimos a contemplar la catarata de Vøringsfossen. Nos enfrentamos de nuevo con la travesía del Parque Nacional Hardangervidda , ese vasto desierto donde hace siempre un frio que pela.

No hay nadie que haya pasado por allí que no se haya llevado de recuerdo un abrecartas con el mango de pata de reno o, directamente, una cornamenta completa. Pasamos Gol , el pueblo de donde salió la iglesia medieval del Museo Vikingo, y llegamos a Oslo. Estábamos a unos 160 Km de la frontera sueca. Seguimos la ruta sin pasar por la capital y nos encontramos con unos pai

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