Por Ernesto Herrera*
Reforestamos México
Los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl no solo definen el horizonte del Valle de México en un hermoso día despejado, también sostienen su presente y su futuro. Son fuente de agua, reguladores del clima, refugio de biodiversidad y hogar de miles de personas que viven en sus faldas.
Proteger estos bosques no solo depende de decretos, depende de reconocer a quienes los habitan y gestionan. Y también de entender una realidad poco difundida: la mejor forma de conservar un bosque es, muchas veces, aprovechando responsablemente sus productos y servicios forestales.
Del sismo de 2017 a una plataforma de gobernanza territorial
La creación de la Unión para el Desarrollo Forestal y Agropecuario del Valle de México (UDEFAM) es resultado de una crisis