"Querido Marco: He ido esta mañana a ver a mi médico Hermógenes". Es el inicio de Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, una obra que consiguió un éxito editorial sin precedentes, marcando un tipo de novela histórica que, lamentablemente, ha degenerado más tarde en productos de menor vuelo. El emperador Adriano, aquejado de hidropesía y ya en declive físico, ve cercano el momento de su sucesión y se dirige a Marco Aurelio, el hombre en quien ha visto una mayor proyección de futuro para ocupar su puesto. Ahí comienza el relato autobiográfico de una vida que le llevó a recorrer el mundo y contactar con las personalidades más brillantes de su tiempo. Lo curioso es que la dedicatoria a Marco Aurelio no se tradujo en una sucesión directa, puesto que se interpondría Antonino Pío antes de
Lluís Homar se corona emperador recreando 'Memorias de Adriano' en el Teatro romano de Mérida

112