No están siendo fáciles para el alcalde De la Torre . Tras veinte años sin sufrir el mínimo desgaste, los primeros síntomas. El Mundial y la limpieza en apenas un mes han dejado un poso de contestación en públicos distintos de la ciudad y el sábado, en La Rosaleda, el malestar por su gestión se hizo evidente. Nada más terminar el partido ante el Betis (3-1), el regidor se dirigió del palco de autoridades al césped para la protocolaria entrega de trofeos y fue ahí cuando buena parte del público le pitó. El malaguismo, visto lo ocurrido anoche, no ha olvidado todo lo que pasó aquellos días y la rueda de prensa de ese sábado en la que De la Torre se apoyaba en la viabilidad del Málaga para justificar su retirada de la carrera para ser sede mundialista.
En estas décadas Francisco De la