RESAC-OFF consiste en la monitorización continua de las playas los 365 días del año con cámaras de vigilancia. Las imágenes son procesadas y tratadas por un algoritmo de aprendizaje profundo, entrenado para detectar corrientes de resaca. De detectarse estas corrientes, se generará una alerta que podrá ser visualizada por cualquier vigilante o usuario para la prevención e intervención temprana.

¿Cómo se os ocurrió aplicar inteligencia artificial para salvar personas en el mar?

—Este proyecto viene de la época de los límites de los aforos que tuvimos en pandemia. Trabajamos con la empresa Dinycon Sistemas de Donostia para calcular en tiempo real cuántas personas había en las piscinas. Pero hace un par de años tuvimos la inquietud de cómo ayudar a los servicios de salvamento para salvar vid

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