Reconocer el valor de los pueblos originarios implica mucho más que admirar su folclore o preservar sus artesanías; significa abrir un espacio real para que su voz tenga peso en las decisiones que afectan sus territorios, su medio ambiente y su forma de vivir, afirmó la Iglesia Católica.

En el marco del Día Internacional de los Pueblo Indígenas (9 de agosto), la Arquidiócesis Primada de México, desde el editorial Desde la Fe, señaló que los pueblos indígenas nos interpelan con una fuerza silenciosa pero firme, en un mundo que avanza a un ritmo vertiginoso, donde las culturas tienden a homogeneizarse y la memoria se diluye.

Estas comunidades demuestran que el progreso no puede medirse solo en cifras económicas, sino en la capacidad de vivir en equilibrio y en paz con lo que los rodea. Su

See Full Page