En la segunda planta del Edificio de Servicios Múltiples del Ayuntamiento de Abengibre, se esconde uno de los mayores misterios de la Historia de España, grabado en una vajilla de plata con más de 2.000 años de existencia.
Esta vaijlla de una veintena de piezas apareció como muchos otros hallazgos de la arqueología patria, gracias a la azada de un labrador. Fue en 1934, y el autor del hallazgo fue Sebastián Pérez.
Los platos pasaron por muchas manos y, tras muchas aventuras, la mayoría terminó en el Museo Arqueológico Nacional. No obstante, en Abenbigre se exhibe una reproducción fiel de ocho de los platos, que son un tesoro por sí mismos.
En algunos de esos platos hay inscripciones y muchas de ellas son letras, símbolos de un alfabeto en desuso, el de los íberos, uno de los grandes