L OS DANZANTES volvieron ayer a desatar la emoción en la mañana de San Lorenzo, en la primera actuación delante de la basílica oscense después de su viaje a Roma, en el que tuvieron la oportunidad de bailar cerca de su tumba en días de luto por el fallecimiento del papa Francisco. En el año del 1.800 aniversario del nacimiento del patrón, los danzantes en lugar de salir desde la Botería, como era tradición, lo hicieron desde la basílica. A pesar de que los dances y el orden siempre es el mismo o quizá precisamente por eso, la emoción siempre se suscita y siempre se renueva.
No hay nada más grande para un oscense que vivir ese momento en el que se escuchan los primeros toques del Dance de las Espadas. Pero, aunque la pasión laurentina se puede resumir en una canción, los sentimientos qu