Hay, como no podía ser de otra forma, vídeos de bodas, bautizos y comuniones. También cumpleaños, nacimientos y mucha fiesta valenciana como las Fallas, la Magdalena o las Hogueras. Hay otras vivencias más personales y casuales. Momentos íntimos y personales. Incluso, la construcción de una iglesia o los avances de una ciudad, Benidorm, a través de la curiosidad de un aparejador que quiso dejar constancia de cómo cambiaba la que es la capital del turismo en España. Son recuerdos grabados que se conservan en 30.000 bobinas que se guardan en el Archivo Fílmico de la Filmoteca de la Comunitat Valenciana. Ya digitalizados, son la memoria viva de la Comunitat.

Así lo cuenta a LA RAZÓN la jefa de recuperación de este organismo, Inma Trull, quien relata cómo la Filmoteca salvaguarda este ma

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