Hay conductores que hacen de la carretera un auténtico circuito de carreras. Cada mes son interceptados en Galicia más de 100 infractores por encima de 90 kilómetros por hora en zona urbana, a más de 160 km/h en la red secundaria o con el velocímetro a más de 190 en autopistas y autovías. Para estos fitipaldis que convierten la vía pública en un trazado de Fórmula 1, la sanción es doble: multa de 500 o 600 euros y retirada de seis puntos del carné. En los primeros seis meses del año, la patrullas de la Guardia Civil de Tráfico y los radares fijos de la DGT detectaron en la red viaria gallega a 651 conductores a velocidades tipificadas como «graves» o «muy graves» —en todo 2024 fueron casi 1.270—, según datos de la Jefatura de Tráfico de A Coruña. Pero a estos sancionados vía administrativa

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