Ni tropicales, ni tórridas, ni ardientes. Noches infernales . Luna llena, lágrimas de San Lorenzo y temperaturas nocturnas en torno a los 30 grados. ¿Qué más se le puede pedir al clima?
La política ha bajado la persiana. Se conoce que sus señorías no pueden trabajar con estos calores, a diferencia de quienes empeñan su vida en servicios públicos como limpiar las calles, atender a los enfermos, asfaltar carreteras o dedicarse a las tareas agrícolas.
Nuestros próceres se han tumbado a la bartola creyéndose guerreros que merecen un descanso antes de que estalle el mes de septiembre con todas sus cargas de profundidad aplazadas.
La venta de mochilas de viaje se triplica este verano por el encarecimiento del equipaje de mano
Velan armas a la espera de tumultuosas sesiones en el Co