El nuevo arancel del 15% impuesto por EEUU a la UE ha desatado un terremoto en el sector del campo español: mientras unos celebran una tregua parcial, a otros les quieta el sueño al ver cómo sus pedidos se congelan, crece la tensión y asoma el fantasma de las pérdidas.

En este contexto, el comercio agroalimentario nacional está ofreciendo respuestas dispares ante esta realidad, que van desde el alivio entre algunos segmentos por el margen tras el acuerdo entre Washington y Bruselas, hasta la incertidumbre en otros por la paralización de demandas de los importadores.

El sector mantiene la incertidumbre sobre el impacto en sus ventas hacia un mercado estratégico como el estadounidense que, a día de hoy, es el primer destino de los alimentos y bebidas españoles fuera de Europa y, según las

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