Compartir una foto en las redes sociales o usar una aplicación de inteligencia artificial que genere avatares o edite retratos puede parecer inofensivo. Sin embargo, detrás de esa aparente simplicidad existen riesgos reales que a menudo pasan desapercibidos. Cada imagen que se sube puede llegar acabar siendo utilizada para entrenar sistemas de IA, lo que puede tener consecuencias para nuestra privacidad e identidad digital. Además, se sabe que todo aquello que se comparta a través de internet quedará dentro de la esfera pública-digital, lo que puede derivar a que sea replicado, modificado, alterado o tergiversado para usos particulares y lícitos, que en la mayoría de los casos se desconoce.

Cuando acepta sin leer

Casi nadie lee los términos y condiciones del uso de las aplicacione

See Full Page