Aranda de Duero (Burgos) volvió a convertirse en el epicentro musical de España con la celebración del 28º Sonorama Ribera, que del 6 al 10 de agosto reunió a más de 200.000 asistentes y consolidó su posición como uno de los festivales de referencia en el panorama nacional. La cita, que combina música, cultura y compromiso social, contó con más de 1.800 trabajadores, la colaboración de fuerzas de seguridad y el apoyo del tejido social y económico de la ciudad.

A falta de cifras oficiales, la organización recuerda que la pasada edición generó un impacto económico superior a los 18 millones de euros. El festival destacó un año más por su apuesta por la accesibilidad, la sostenibilidad, la diversidad y la integración, garantizando que todas las personas pudieran disfrutar de la experien

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