Calma tras la tormenta. Al menos al principio. Tras el estallido del cohete que ha anunciado oficialmente las fiestas de San Lorenzo , las cientos de personas congregadas frente al ayuntamiento comenzaron a descender hacia el Coso, dirección la plaza de Navarra. Entre ellas, muchos 'soldados laurentinos' lucían ya la ropa desgarrada y empapada en vino, casi como si regresaran de una larga batalla. Poco después de las 12:30, con la Banda de Música de Huesca marcando el compás y las mairalesa s y el mainete escoltados por una marea morada, arrancó la cabalgata.
En el centro, el morado era absoluto; a los lados, dominaba el blanco y verde de las familias que se agolpaban para ver pasar el desfile, saludar a conocidos o recargar fuerzas a la sombra. El sol, implacable, se convirtió en al